Hace ya más de 250 millones de años la sal marina quedó cristalizada y acumulada en los yacimientos montañosos albergando en su composición orgánica una capacidad energética extraordinaria. Un legado excepcional del mar primitivo, el origen de toda forma de vida. La sal cristalina del Himalaya, debidamente mexclada con agua, es una fuente inestimable de energía curativa acumulada. Hoy, es la sal energéticamente más rica que conocemos.
La sal cristalina del Himalaya es un condimento de altísimo valor nutricional y una fuente importantísima de curación pudiéndose aplicar tanto de modo externo (baños, lavados, cataplasmas e inhalaciones) como interno (bebidas de solución o agua salina). Asimismo, puede también aplicarse a modo de máscara facial para regenerar e hidratar la piel.
APLICACIONES EXTERNAS. Baños: enfermedades cutáneas (psoriasis, neurodermatitis); dolencias articulares (reuma, artrosis); contracciones musculares; problemas de menopausia y menstruales. Lavados: resfriados y dolores de garganta; dolores de cabeza. Cataplasmas: torceduras, contusiones e hinchazones; estimula la circulación sanguínea y la desintoxicación. Inhalaciones: enfermedades respiratorias.
APLICACIONES INTERNAS. Curas bebidas de Sole: dolores estomacales e intestinales, infecciones urinarias, diabetes, osteoporosis, cansancio, alergias.