Al presentar la fe católica, ¿cómo no caer ni en un discurso del poder, prepotente e incapaz de autocrítica, ni en el despecho de la rebeldía de moda? Imbuido del pensamiento de René Girard sobre la violencia y el mecanismo del chivo expiatorio, James Alison pretende trazar una nueva serenidad teológica: un espacio no conturbado en medio del griterío ideológico, pero al mismo tiempo una exploración rigurosa del inmenso cambio de mentalidad que se produjo en el grupo apostólico tras la experiencia de la resurrección de Jesús.
En un mundo donde lo que convence no es ni la autoridad eclesiástica ni los movimientos ""liberadores"", el autor propone un cristianismo ortodoxo, pero a la vez fresco, para el próximo milenio, acercando al lector a una comprensión de la fe y del deseo que le permiten releer y reimaginar sus propias historias con alivio y esperanza.
"Una de las grandes virtudes de este libro es que Alison, a pesar de su extraordinaria erudición, no siente la necesidad de hacer alarde de ella. Por ejemplo, el libro gira en torno a lo que él define como el principio católico de la analogía. En breves párrafos el autor realiza un análisis convincente de la analogía como la forma en que Dios subvierte la historia de la violencia desde dentro: la analogía depende de la oposición de Dios a ser rechazado por su creación. El libro de Alison es una ejemplificación de esta extraordinaria profundización por medio de minuciosas lecturas de las Escrituras y de cómo las Escrituras nos ayudan a situar el tiempo en el que vivimos." Stanley Hauerwas, en First Things (Nueva York, noviembre 1996)