Este estudio se centra en el sudeste madrileño, destacando principalmente cinco localidades: Carabaña (aguas medicinales), Aranjuez (la fábrica de la azucarera), Chinchón (el aceite y el alcohol), Colmenar de Oreja (las tinajas) y Villarejo de Salvanés (el esparto). La labor de los investigadores tiene un objetivo fundamental: la preservación del patrimonio industrial y la reconstrucción de los procesos productivos, dentro del contexto social de la época. Es, pues, un reconocimiento a las poblaciones y habitantes que forman parte del sudeste madrileño y obra fundamental de la historiografía madrileña.