Parece como si la cuestión vasca se hubiera convertido en el principal problema que afecta a la política cotidiana española. El acercamiento entre formaciones abertzales, que dio origen al alto el fuego de ETA y el acuerdo Lizarra-Garazi, fue el antecedente de lo expuesto. A partir de entonces, los horizontes políticos se redujeron en medio de una ola represiva sin precedentes, entre ellos la ilegalización de Batasuna. Inmersos en un proceso propio de soberanía como el vasco, la respuesta centralista ha sido la de la involución. El autor, uno de los mayores expertos europeos en la cuestión vasca, las desgrana desde la perspectiva que le ofrece su posición privilegiada.