Uno de los elementos que dificultan el acabar con la cultura patriarcal
radica en la imposibilidad de construir la noción de sujeto más allá de la
oposición binaria masculino/femenino, positivo/negativo, naturaleza/cultura. La
fuerza de estas oposiciones es tal que incluso el deconstruccionismo define la
feminidad respecto a su opuesto, razón que convierte a la mujer en portavos de
visiones utópicas.