En septiembre de 1740 el comodoro británico George Anson zarpó del puerto de Spithead rumbo al Cabo de Hornos con siete embarcaciones. Su misión oficial -abrir nuevas rutas comerciales- encubría el verdadero propósito: causar el mayor daño posible a la Corona española con el saqueo de sus posesiones en ultramar.
Tras un penosa travesía en la que no faltaron los motines y las deserciones, con sólo una nave y cuarta parte de la tripulación inicial (gran parte fue víctima del hambre y del escorbuto), Anson apresó el galeón español Nuestra Señora de Covadonga, que hacía el trayecto de Manila a Acapulco cargado de plata, apoderándose así de El mejor botín de todos los océanos. Glyn Williams hace honor a la mejor tradición histórica anglosajona y convierte este capítulo de la legendaria rivalidad entre España e Inglaterra en una auténtica novela de aventuras donde el viaje es el protagonista.