El consumo es uno de los caminos por los que la humanidad influye en la naturaleza. Por supuesto, cualquier ser vivo posee esta misma facultad. Sin embargo, el ser humano muestra una característica que le hace singular en este sentido: la que podríamos denominar como glotonería específica. Los seres humanos dificilmente dicen tener bastante de algo que les resulte grato.Esta glotonería lleva a una explotación inconsiderada de la naturaleza, que repercute en un sinfín de aspectos. Así, el autor considera que la influencia del consumo en las relaciones Norte-Sur, representa la ruina para el segundo y la miseria para su población, una situación que promete perpetuarse.Otra vertiente que investiga este estudio es la que hace referencia a la industria transgénica, que está amenazando a la vida con sus prácticas. Una industria cuya actividad tiene más semejanza con la de aprendiz de brujo que con la actividad científica.