El peligro que se corre con la desaparición de importantes elementos histórico industriales, aparte de la pérdida de la identidad y de los referentes espaciales históricos que estos constituyen, es el de una peligrosa homogeneización de nuestras ciudades, que lleva a situaciones tan ridículas como encontrar las mismas jardineras en la cuenca minera, en el Escorial o en el bazar egipcio de Estambul La comarca del Nalón se "comercializa" turísticamente bajo un eslogan bien definido y conceptualmente correcto: Pa-trimonio industrial - Patrimonio natural: dos leyendas en un mismo territorio. El producto natural, localizado en el Alto Nalón, se está desarrollando a partir de la declaración de los territorios de los con-cejos de Sobrescobio y Caso como Parque NatUral de Redes. Ello se está dejando notar en un incremento de los visitantes que conlleva la apertura de casas de aldea, hoteles rurales, empresas de actividades al aire libre, etc. El producto industrial pese a tener todos los elementos a su alcance aun no se ha desarrollado, con la importancia comarcal que ello tendría para poder funcionar en red con el natUral. La razón se debe buscar, no tanto en la falta de recursos económicos para su preservación, sino en el carácter urbano de la mayoría de los restos de la industrialización que les coloca en la necesidad de unas políticas urba-nísticas arriesgadas, que no se están dando en absoluto, que los integren en la función urbana. Políticas urbanísticas, que en el caso del suelo industrial, retornen fórmulas como la de Valnalón para que cada urbanización de un polígono no suponga un sobresalto para el patrimonio de la industria. Así, las actuaciones en esta línea que se realicen en espacios de valor patrimónico industrial contrastado han de im-plicarse con él, detrayendo recursos de las empresas que allí se localicen y que, unidas a acciones de es-cala local y regional, financien el sostenimiento de los elementos patrimoniales a preservar, que serán los que proporcionen un valor añadido y seña de identidad a la: propia actuación industrial. En este sentido parece actuar Duro Felguera en su vuelta a la cuenca minera del Nalón. Además, las entidades financie-ras, que tanto se están beneficiando con la gestión de los planes de jubilación y prejubilación producto de las continuas reestructuraciones de los sectores siderúrgicos y minero, han de colaborar en la preser-vación del patrimonio urbano que representan las instalaciones donde trabajaron esos hombres, invirtien-do y generando actuaciones en esta línea.
La imitación de modelos museísticos o urbanos no puede ser la tónica del desarrollo de la comarca. Introduzcamos un nuevo valor en estas actuaciones y estaremos innovando y no imitando, que es el camino del éxito. Todo ello de acuerdo con un plan general de actuación comarcal que el que se engarce correctamente las políticas urbanísticas municipales de cada consejo, con la red de servicios mancomu-nados y con una estrategia turística, aun por definir, del valle.