D.H. Lawrence si bien es conocido como novelista, menos lo es como autor de relatos de viajes, género en el que según algunos críticos, conserva una vigencia y un interés superior a muchas de sus novelas.
Movido por el mismo afán de buscar aires más libres que había impulsado a otros coetáneos y amigos suyos, como E.M. Foster, Lawrence eligió terrenos agrestes como los estados de Jalisco y Oaxaca en México, los de Arizona y Nuevo México en EE UU y la región de Umbría en Italia.
La presente colección de relatos (sobre los indios mixteca, koshare y hopi) de este libro es una de las muestras de su peculiar maestría en el género de viajes: se trata fundamentalmente de pequeños relatos en los que, a partir de una observación significativa, el autor se eleva a consideraciones de tipo filosófico y etnológico, estableciendo distancias críticas entre las costumbres exóticas contempladas y las opiniones europeas aceptadas.