" Los conquistadores de nuestros días, pueblos o príncipes, quieren que su imperio no presente sino una superficie lisa, sobre la que el ojo soberbio del poder se pasee, sin tropezar con desigualdad alguna que le hiera o limite su vista. El mismo código, las mismas medidas, los mismos reglamentos y, si es posible llegar a ello, gradualmente la misma lengua; he aquí lo que se ensalza como perfección de toda organización social. "