Aunque la naturaleza entera asciende hacia la perfección, no hay dos criaturas que anden exactamente al mismo paso ni que sigan el mismo camino. Con todo, hay siete etapas claramente definidas por las que transita el buscador.
Los siete jardines místicos son las etapas del itinerario que desciende hasta la pobreza espiritual perfecta. En el primer jardín están aquellos que sólo se adhieren a la forma exterior de la religión; en el segundo, los que únicamente rezan cuando les espolea la necesidad; en el tercero, aquellos en quienes acaba de nacer el deseo de perfección; en el cuarto, los que han tomado la decisión de servir a Dios; en el quinto, los que no se permiten a sí mismos la más pequeña falta; en el sexto, los que están dispuestos a cualquier sacrificio; y, finalmente, en el séptimo los auténticos pobres de espíritu.