Para que la enseñanza sea eficaz y el alumno se interese es necesario tomar conciencia de algo: la física permite decir y hacer de forma diferente al pensamiento natural.
La obra es esencial para quien quiera tratar de comprender por qué los demás no comprenden o encontrar, él mismo, más sentido en la física que se enseña. Refleja unas conclusiones de gran amplitud, cuyas consecuencias establece la autora, a través de una reflexión que ya ha marcado los más recientes programas de la enseñanza secundaria francesa.