En esta obra fundamental, que recupera como ninguna otra de su época el estilo y la calidad de la historiografía clásica, se narran los sucesos acaecidos entre los años 353 y 378 de nuestra era, a través de los cuales asistimos a los intentos más o menos afortunados de diversos emperadores, de Constancio a Valente, por conseguir la estabilidad del imperio y acabar con las luchas internas y externas que lo estaban minando. A lo largo de sus páginas se pone de manifiesto la decadencia del sistema vigente, así como la crisis política, social y religiosa de las instituciones tradicionales. La presente traducción, primera que se hace al castellano, se acompaña de un completo estudio introductorio y de un amplio cuerpo de notas.