«Sabía que su futuro estaba lejos del pueblo. Pero, por otro lado, le encantaba
la vida rural y lamentaba no haber podido aprovecharla mejor: se sentía muy a
gusto en su ambiente, con sus tradiciones, sus amigos, las bromas que
compartían... Sí, lo que más echaría de menos si abandonaba el pueblo sería esa
relación de complicidad tan especial que compartía con sus amigos.»
Cuando somos jóvenes nos planteamos la vida como un maratón de sueños... que en
la madurez se revelan como una meta inalcanzable.
Esta novela recoge la historia del despertar de una ilusión, de un viaje de ida
y vuelta que se emprende con la maleta llena de expectativas y que termina con,
simplemente, la realidad.
Antonio es el alma de un grupo de amigos que rondan los treinta años. Modelo
para todos ellos, cuyas vidas giran en torno a él, es quien tiene el futuro más
prometedor, el único capaz de seguir acariciando un sueño.