Los trabajos reunidos en esta obra pretenden dar a conocer mejor la historia social, la historia religiosa y la historia de las mentalidades de una de las épocas más apasionantes de la historia de Occidente: los siglos IV y V de nuestra era, el bajo Imperio romano, una época de paso, de contradicciones y contrastes. La transformación del Imperio romano en Imperio cristiano constituye uno de los acontecimientos que mejor caracterizan el final del mundo antiguo y el nacimiento de una nueva sociedad.
El libro se articula también en torno a los principales protagonistas, los emperadores, que lo eran por la gracia de Dios; los obispos, que eran los únicos capaces de oponerse a sus omnipotentes deseos; los monjes, que adoptaron con frecuencia una actitud anticlerical que les atrajo el apoyo de las masas; y las mujeres, principalmente las ricas y culturalmente refinadas de la aristocracia, que mediante su ascetismo, alcanzaron un protagonismo que en pocos momentos de la historia han llegado a alcanzar.
Fruto de su investigación en los últimos diez años, el autor se adentra por unos caminos poco transitados por la investigación de habla española, pero que atrae a un público con unas inquietudes culturales cada vez más diversificadas.