Más del 90% de las empresas españolas tienen menos de cincuenta trabajadores y facturan menos de doce millones de euros: son las Pequeñas y Medianas Empresas. Además resultan ser las que, en términos absolutos y porcentuales, generan más empleo y más riqueza.
Al frente de estas empresas hay hombres y mujeres que, en ocasiones, no han tenido oportunidad de pasar por una Escuela de Negocios. Van resolviendo el día a día con sentido común y una pizca de audacia. No tienen muchos puntos de referencia. La mayor parte de la literatura empresarial va dirigida a grandes corporaciones. Además no tienen tiempo de enfrascarse en la lectura de libros que tratan sobre modelos matemáticos de fijación de precios, proponen distintos métodos para estudiar la rentabilidad previsible de una inversión u otros temas igualmente interesantes, pero poco aplicables a su situación. Los problemas cotidianos son, para ellos, mucho más inmediatos y urgentes. Las grandes consultoras multinacionales, a pesar de sus encomiables esfuerzos, no acaban de ajustar sus procedimientos de trabajo, previstos para las grandes empresas, a la realidad de las PYMES.
Este libro, dirigido fundamentalmente a directivos de PYMES. No tiene pretensiones de manual de texto sobre la dirección de empresas. Es un libro eminentemente práctico, para leerlo desordenadamente, en función del interés que despierten los capítulos; por eso cada uno lleva, además del título, un subtítulo que hace referencia a su contenido. Ha sido escrito en salas de espera de aeropuertos, en el AVE, en hoteles. Sin bibliografía, ni notas a pie de página. Huyendo de la erudición que se agota en sí misma y tratando de exponer los temas que de verdad preocupan a los directivos de PYMES, de origen y formación tan diversos.
Pero dentro del aparente desorden hay un hilo conductor. Un consultor no es un aplicador de recetas; ni alguien que va trasladando soluciones que han resultado eficaces en una empresa a otras. El verdadero consultor ha de ser capaz de analizar y reflexionar sobre sus experiencias; pero esto sólo es posible si tiene un referente, un modelo conceptual previo en el que integrar esas experiencias. Todo parte del concepto de considerar la empresa como un conjunto de personas que buscan su perfeccionamiento en el trabajo bien hecho, con libertad y responsabilidad, tratando de colaborar al bien común y al desarrollo de las potencialidades de quienes, de una u otra forma, participan de la propia empresa.