Leonardo Boff reivindica en estas páginas al sujeto como ser participante en la gran casa común, la Tierra, la cual está retornando de su largo exilio para encontrarse a sí misma como planeta Tierra unificado. Y en la Madre Tierra el ser humano, como huésped, ha de asumir el 'ethos' en su sentido originario, como «aquella porción del mundo que reservamos para organizar, cuidar y hacer nuestro hábitat». Por lo tanto, hay que recuperar el cuidado como 'ethos' fundamental de lo humano, el «cuidado como modo-de-ser esencial».