Antonio García Ysábal inició esta aventura de reconquistar nuestras raíces literarias en los años sesenta cuando los investigadores iban poco a poco aceptando que el África profunda, lejos de ser la cuna de la barbarie, lo era de la humanidad. García Ysábal rescata poemas de la tradición oral y nos los da a conocer en castellano. Son poemas ingenuos, doloridos, nostálgicos pero llenos de una grandiosidad tal que produce escalofríos.