En este ensayo, convertido en un clásico desde su aparición en 1930, e inexplicablemente no traducido hasta ahora al español, Edith Hamilton traza un mapa del pensamiento y del arte en la época de esplendor de la cultura griega. Asimismo, explora su capacidad para crear los fundamentos de nuestra civilización. Pero lo que ha hecho de este ensayo un clásico, y lo que le granejó a su autora la enemistad del estamento más conservador de la intelectualidad de su tiempo, es su desdén por la forma académica.
Sin notas, y sin vanidosos alardes de erudición, este ensayos se lee como una novela. A diferencia de la mayoría de los historiadores de su generación, Hamilton ha logrado multiplicar sus fervientes admiradores con el paso del tiempo.