El desván es un lugar ideal para jugar, imaginar aventuras y descubrir objetos interesantes. Como la lupa que encuentra Juan en un viejo baúl, que le permite ayudar a su madre y descubrir al misterioso ladrón que se come sus verduras. Y es que una lupa no convierte a alguien en detective, pero resulta muy necesaria para ser un buen investigador. La complicidad entre madre e hijo se muestra en este álbum como un elemento motivador de la imaginación y el juego en la infancia.