• ROJO EN LA PLUMA DEL LORO, EL

    CHAVARRIA, DANIEL RESERVOIR BOOKS Ref. 9788439708988 Altres productes de la mateixa col·lecció Altres productes del mateix autor
    Aldo Bianchi, ciudadano argentino residente en Italia, viaja hasta La Habana donde conoce a Bini, una joven y bella jinetera que despierta en él una pasión desde hace años adormecida. A través de Bini y de pura chiripa, Aldo descubre que su enemigo Alberto Ríos está en Cuba, escondido bajo una fals...
    Ancho: 140 cm Largo: 230 cm Peso: 479 gr
    No disponible
    17,60 €
  • Descripció

    • ISBN : 978-84-397-0898-8
    • Encuadernació : Rústica
    • Data d'edició : 01/05/2002
    • Any d'edició : 2002
    • Idioma : Español, Castellano
    • Autors : CHAVARRIA, DANIEL
    • Número de pàgines : 368
    • Col·lecció : LITERATURA MONDADORI, 187
    • NumeroColeccion : 187
    Aldo Bianchi, ciudadano argentino residente en Italia, viaja hasta La Habana donde conoce a Bini, una joven y bella jinetera que despierta en él una pasión desde hace años adormecida.
    A través de Bini y de pura chiripa, Aldo descubre que su enemigo Alberto Ríos está en Cuba, escondido bajo una falsa identidad. A partir de ese momento, Aldo traza un plan de captura y venganza. Dentro del marco de una picaresca cubana de una cautivadora amenidad y desparpajo erótico, la comedia hilarante alterna con una historia de corrupción y abuso de poder. Unos zapatos marca Florsheim, comprados en Nueva York al precio de mil doscientos dólares, regalados a una mucama del hotel, cambiados por unos mocasines, robados a un lustrabotas y luego revendidos en una riña de gallos en la periferia de La Habana, darán la pista de una pareja que, tras arrollar a un ciclista, se había dado a la fuga.
    El rojo en la pluma del loro es también una novela de compromiso, con un mensaje desprovisto de toda retórica y artísticamente velado dentro de una trama abundante en imprevistos.

    «¿Dónde habría aprendido a moverse así? De verdá que, pa ser extranjero, bailaba muy bien. Y con cincuenta y cinco años se veía fuerte, y más joven. Era guapísimo. Pero sobre todo, muy buena gente, cariñoso.Ya llevaban juntos tres días deliciosos. Bini se sentía tratada como una novia y no como una tipa a la que le pagan. Y para su edad, no era mal palo, Aldo. Y repetidor... Vaya, ni que tuviera treinta años.»