En 1806, instado por el ministerio prusiano a rendir cuentas sobre su actividad docente en la Universidad de Erlangen, Fichte resolvió mandar a imprimir el texto de las lecciones que el año anterior había pronunciado sobre la figura del sabio y que completan temáticamente los que el llama sus exposiciones populares. La obra se escribió en un momento de guerra en Europa, donde la conciencia histórica y la responsabilidad particular en la defensa y configuración de las identidades nacionales eran hondas y manifiestas.