En este libro, la autora, de forma sencilla y práctica, como es su estilo, y en una reivindicativa escala de valores, nos ofrece amenos y divertidos guiones de teatro, recordando una vez más a los educadores que la práctica teatral no debe quedar reducida a un acontecimiento puntual, sino que debe pasar a formar parte de la cotidianidad educativa. ¡Viva el teatro!, en palabras de su autora, conlleva los ingredientes precisos para hacer felices a los niños, al tiempo que les ayuda a crecer en el difícil camino de entender que la gran sorpresa de la vida está en su sencillez.