La afirmación de la dignidad de todo ser humano constituye una importante transformación del Derecho Internacional en la medida en que, junto al clásico principio de la soberanía, ha aparecido otro principio constitucional del orden internacional contemporáneo: el de los derechos humanos. Esta evolución ha sido culminada con la progresiva consolidación del acceso de los individuos a la jurisdicción internacional en defensa de sus derechos humanos.