Los años que señalan el paso del siglo XIX al XX representan una de las crisis más dramáticas y de más amplio espectro en la historia contemporánea de España. Y ello no sólo por obra del llamado «Desastre» ?la derrota final en la guerra de Cuba?, sino por un decisivo cambio de mentalidades y de talante histórico que en gran parte venía de antes y cristaliza justamente por estos años. Asistimos, a la vez, a una profunda crisis de conciencia, un ansia de renovación política, una nueva actitud ante los problemas económicos, fenómenos sociales tan distintos, pero tan concomitantes, como la «revolución de las clases medias» y «el 98 de los obreros» y la aparición de nuevas actitudes estéticas a la vez que un nuevo planteamiento problemático por parte de los intelectuales.