Con EL INNOMBRABLE se cierra la gran trilogía iniciada con «Molloy» (LB 266) y continuada con «Malone muere» (LB 470), punto culminante del largo proceso de desintegración y pérdida del yo a través del cual los personajes de SAMUEL BECKETT (1906-1989) quedan reducidos al discurso inconexo de una conciencia separada del mundo exterior y disociada incluso de su propia base corporal. Alegoría grotesca y patética de la impotencia humana, el ente anónimo, paralítico e informe que monologa de manera obsesiva a lo largo de las páginas de la novela arrastra una existencia puramente vegetativa, condenado por siempre a escuchar el resonar incesante de su propia voz. Nadie ha logrado expresar con tanta fuerza -señala Frederich R. Kari en su trabajo que sirve de prólogo a esta edición- la desesperación de una época que pone en duda no sólo ya el sentido de la existencia, sino incluso su misma realidad.