Con esta obra, en cierta medida autobiográfica, Gaos responde a la contradicción entre la pretensión de perennidad de cada filosofía y la historicidad de su género, a las preguntas qué es la filosofía y qué es el filósofo, presentando a la soberbia, a la conciencia de superioridad, como una de las principales causas de la vocación filosófica y como motivo de la filosofía misma.