Vivimos una era de culto a los valores y los veredictos de la psicología y el psicoanálisis. Hoy parecen irrefutables ideas tan arraigadas como que la psicoterapia puede curar los distintos trastornos mentales que sufre el ser humano, que la educación en la infancia determina la personalidad de cualquier individuo, que muchas enfermedades orgánicas tienen un origen psicosomático, que sólo hacemos uso de una parte de nuestra capacidad cerebral o que la inteligencia puede aumentarse considerablemente por medio de técnicas adecuadas...