Este libro delicioso, repleto de deliciosas recetas, nos da la posibilidad de ir viajando por el mundo a través de sus comidas. Sofía y sus amigos, cuando vuelven de sus viajes, siempre cuentan qué han comido y cuáles son los trajes típicos de cada país y también reciben cartas de sus amigos que les envían recetas. La cultura de los diferentes lugares se refleja en el modo de alimentarse y la comida enseña mucho sobre sus habitantes y sus costumbres. Las recetas son fáciles y, aunque necesitan la ayuda de un adulto, los niños pueden ponerse un mandil y preparar a sus padres una buena merienda.