Prepararse para la llegada del invierno en el campo puede ser una tarea muy dura, sobre todo si Mary tiene que hacerlo todo sola. Agobiada por su marido, que le va marcando un ritmo, Mary despliega mil tareas en una jornada agotadora. Aunque el libro resulta muy divertido por sus ilustraciones y su inesperado final, no deja de ser una crítica a un marido comodón y egoísta que se dispone a pasar el invierno sin dar ni golpe.