Recluido en un frenopático de las afueras de la capital, un hombre condenado por el asesinato de su mujer repasa con sistemático desorden la historia de México de los años cuarenta. Lo que resulta es un retrato desquiciado y maravillosamente absurdo que demuestra que la realidad tiene poco que ver con la razón. 1941. Mientras México está a punto de declararle la guerra a Alemania, Hitler se inyecta cafeína mexicana y se hace adicto al peyote para resistir la presión del frente oriental. En mitad de la selva chiapaneca, un grupo de alemanes uniformados con camisas pardas marcha en torno a un viejo gramófono y sufre el acoso de un chino tenaz empeñado en acabar con ellos. Un poeta habilitado como agente secreto descubre que el ministro del interior mexicano tiene una amante que trabaja para la Abwehr IV. Unos cuantos submarinos nazis sondean la costa mexicana en busca de un hueco desde donde asestar un golpe definitivo al gigante americano. Hemingway, en una de sus muchas crisis alcohólico-literarias, se queda dormido en una piscina en La Habana y reaparece inexplicablemente en Ciudad de México... Retornamos como sombras es una novela rocambolesca donde, al igual que en la realidad, también aquí todo sucede a la vez y todo está ligado por hilos sutiles que toca al lector desenredar.