Sea cual fuere la importancia atribuida a Alejandro Magno como un personaje sobresaliente y carismático, es indudable que su paso por la historia de Grecia y del Próximo Oriente representó un profundo cambio a partir del cual nacería un mundo nuevo. Todavía permanece vivo el debate sobre si ello significó la helenización del Oriente o más bien la orientalización de Grecia. Lo cierto es que a partir de este momento hay que estudiar de manera globalizadora todo el espacio histórico comprendido entre Macedonia y los límites de la India. Este es, en efecto, el nuevo «mundo griego». El nuevo espacio histórico comprende Egipto, Asia Menor, Grecia, el antiguo Irán, pero sus alteraciones finales se verán condicionadas igualmente por la presencia romana. La historia universal adquiere así un contenido más realista en relación con su título, reflejo de las aspiraciones de sus protagonistas al Imperio universal.