Durante su breve carrera cortesana y militar, Garcilaso no publicó ningún poema. Al morir a los 35 años de edad, su albacea literario fue su amigo y colaborador poético Juan Boscán. Este reunió todos los manuscritos garcilasianos que pudo encontrar, y al publicar sus propias poesías añadió como apéndice las de Garcilaso; el tomo titulado Las obras de Boscán y algunas de Garcilaso de la Vega se editó en Barcelona en 1543, casi siete años después de morir el poeta. La publicación de este tomo fue un acontecimiento cultural de gran importancia puesto que significó el reconocimiento de la influencia de la poesía renacentista italiana en España. La primera parte de las poesías de Boscán estaba compuesta por canciones de versos cortos, en su mayor parte octosílabos, al estilo antiguo del siglo XV; pero el resto del tomo recogía la nueva versificación endecasílaba. Las formas estróficas eran el soneto, en primer lugar; la canción italiana, en estancias de endecasílabos y heptasílabos mezclados; los tercetos encadenados; las octavas reales; la rima interior; y los versos sueltos, sin rima alguna. Estas suaves innovaciones métricas ponían al alcance del lector español un mundo poético de paisajes clásicos y mitológicos, de narraciones y razonamientos discursivos ignorados en la versificación antigua española, dominada por la rima más frecuente y aguda, por frases cortas y por imágenes abstractas, conceptistas.(De la Introducción de Elías L. Rivers)