Thomas De Quincey (1785-1859), uno de los mejores
prosistas en lengua inglesa, debe su fama universal a estas Confesiones
de un inglés comedor de opio. No obstante, resulta paradójico
que un carácter original y provisto de una extraordinaria sensibilidad
como el de Thomas De Quincey convirtiese su adicción al opio en
factor determinante de su vida. Pero para De Quincey el opio fue únicamente
un vehículo, un accidente del que sacar un provecho literario. El
opio queda asociado en él a la facultad de soñar y a una
extremada sensibilidad intelectual: sin éstas el opio habría
sido una mera enfermedad crónica, vulgar y estéril.
Su intención al escribir las Confesiones
no fue tanto narrar los efectos de esta droga como exponer sus influencias
en una mente, la suya, que se sabía privilegiada, dotada de facultades
poco usuales. El texto, concebido como un ensayo autobiográfico,
un diario de su adicción al opio, apareció en 1821 en la
revista London Magazine, y el interés y revuelo que ocasionó
fue tal que aconsejó realizar una edición en forma de libro
al año siguiente.
La presente edición, a cargo de José Rafael
Hernández Arias, recoge la última versión de las Confesiones
(de 1856), corregida y aumentada por De Quincey. Además se ha incluido
al final del volumen -siguiendo la pauta de la edición definitiva
de sus obras completas- la versión original de 1821, más
breve y directa, y otros textos referentes a la obra.