En el año 1874 Nicolás Gorostiza rememora su participación en la primera guerra carlista cuando con una patrulla de liberales va en busca de un mítico tesoro carlista. Las plazas fuertes rurales de los carlistas, unos misteriosos sarcófagos del siglo IX, el Santuario de Loyola y el general Zumalacárregui son algunos de los escenarios y personajes históricos que desfilan en esta novela de acción y aventuras en la que se encuentran reflexiones antibelicistas.