El amuleto medía poco más de una pulgada de largo y la mitad de ancho. Era de oro y tenía la forma de una escalera de mano, con dos largueros y cuatro peldaños distribuidos desigualmente. ¿Por qué había tantas personas interesadas en aquel objeto? Tras él iba el mismo Napoleón Bonaparte y Blatsov, un extraño personaje vestido de negro. Claro que eso ocurría en el primer peldaño. En el segundo estaban Lydia y sus compañeros frente a la pantalla de un ordenador.