Esta traducción del libro de los Salmos opta deliberadamente por la expresión simbólica y concreta frente al significado abstracto en un intento de recuperar el lenguaje antiguo de las teofanías. De este modo, no sólo restituye a los salmos y a la religión bíblica su entronque con las religiones del antiguo Oriente, sino que les devuelve fuerza expresiva. La comprensión de este lenguaje pone en su verdadero lugar ?el de la literatura antes que la teodicea? muchas de las discusiones antiguas y modernas sobre la violencia del Dios de los truenos y Señor de los ejércitos.