La filosofía hermenéutica de Martin Heidegger quiere ser una verdadera revolución en contraposición con las visiones del mundo en general, representadas por las diferentes tradiciones metafísicas, por el idealismo y por concepciones filosóficas más recientes, siguiendo el modelo de las ciencias: metafísica inductiva, positivismo, psicologismo. Frente a todas ellas, Heidegger afirma que la filosofía debe volver a centrarse en su lugar más propio y natural: el mundo de la vida.