Estables, responsables y libres.
Hijos seguros son aquellos capaces de tener criterio y ser consecuentes,
estables, firmes, confiados, sin recelos, ni temores... El papel de los padres
es clave en el logro de esa seguridad. Sólo a través de su estímulo y su
ejemplo asimilan los niños hábitos de conducta y valores fundamentales como la
responsabilidad, la creatividad, el compromiso, la independencia o la
tolerancia.