Famosa en su tiempo, la obra(1789-1790), sin embargo, ha sido también la peor comprendida, buena muestra de una modernidad de la literatura española en su época que, después, se quiso velar. Dividida en tres noches-diálogos, el texto se inscribe en el modelo de la poesía sepulcral en boga en aquellos años, aunque la presencia determinante de los diálogos y soliloquios la aproximan más a una obra para ser representada o recitada en los escenarios.