Cuando unos mil años después de la caída de Roma, el Renacimiento rescató del olvido las grandes obras de los antiguos, sacó de nuevo a la luz la mitología y la mostró en toda su plenitud, utilizándola una vez más como fuente de inspiración de las artes y las letras. De entre las muchas obras destinadas a ofrecer una imagen de conjunto de este inagotable patrimonio, destaca la que entre 1838 y 1840, y pensando en lectores jóvenes, publicara el erudito y poeta alemán Gustav Schwab con el título Las más bellas leyendas de la antigüedad clásica, y que forma la base de este. Las más bellas leyendas de la antigüedad clásica ha gozado siempre de una merecida popularidad, y ha sido considerada como un medio excelente para introducir a jóvenes y adultos en los vericuetos de la mitología clásica.