Abarca este volumen un período de nueve siglos, desde la muerte de Gregorio Magno (604) hasta el pontificado de Alejandro VI (1500). La Iglesia se ve inmersa en grandes transformaciones históricas que cambian el modo de entender el mundo. Durante este tiempo el Imperio Romano de Occidente desaparece, y la organización de Europa se rompe en distintos estados cuya unidad se mantiene por medio de la religión. Este conjunto de cambios produce grandiosas creaciones artísticas y culturales, así como disputas entre el poder temporal y religioso a partir del feudalismo que conducirán al gran Cisma de Occidente. Aparecen entonces instituciones y usos en la Iglesia que permanecen hasta nuestros días.