Érase una vez una cabra que tenía siete cabritillos. Vivían en una cabaña, en medio del bosque. La cabra les pedía siempre a sus hijos que no jugaran lejos de casa, pues por aquel bosque rondaba un lobo muy feroz.
KALANDRAKA vendió ya más de 30.000 ejemplares de este cuento de los hermanos Wilhelm y Jacob Grimm, que destaca por su original propuesta plástica. Los personajes son figuras de plastilina, dotadas de gran expresividad. Cada imagen está cuidada hasta el más mínimo detalle, con escenografías elaboradas a base de tela, cartulina, madera o arena, en las que no faltan elementos del bosque y del ámbito del hogar.