Este libro no pretende sentar cátedra, ni ser la lectura obligada de un espíritu perdido. Lo único que desea él, como su autora, es revelar unas vivencias que, gracias a un estado acrecentado de consciencia, la autora experimentó para su propio beneficio, y el beneficio de toda la humanidad. Todos los hombres y mujeres que estén abiertos al amor universal encontrarán en esta pequeña obra, una enseñanza reveladora.
"Amar no es mirarse el uno al otro, es mirar juntos en una misma dirección."
Antoine de Saint-Exupéry (Tierra de Hombres)