El Antiguo Egipto ha sido una de las civilizaciones que más ha perdurado en el tiempo. Algunas de sus obras figuran entre las más admiradas maravillas del mundo antiguo, como la Gran Pirámide de Gizeh, la tumba de Tutankamón, en el Valle de los Reyes, o la Piedra de Rosetta que los arqueólogos utilizaron para descifrar los jeroglíficos. Los templos y tumbas, con sus sarcófagos, momias, pinturas murales y estatuas perfectamente conservadas, nos han proporcionado muchísima información sobre los faraones y las divinidades más importantes. Pero también la vida y las creencias de la gente corriente, presentan un indudable interés, pues todos, con su esfuerzo, contribuyeron al desarrollo de esta espléndida civilización, por eso este Atlas nos informa asimismo sobre los distintos aspectos de la vida cotidiana y la organización social.