Hubo un tiempo en que la filosofía era una de las distracciones más apreciadas de la sociedad. Los filósofos eran considerados unos sabios que podían ayudar a la gente con sólo expresar sus opiniones sobre los temas más dispares. Unos médicos del espíritu que atesoraban el poder de mitigar los males del alma.
El autor le invita a recuperar este planteamiento clásico y acompañarlo con el análisis de un conglomerado de males reales e inventados de la conciencia contemporánea... Una vía lúdica que intenta recuperar una pequeña parte del fervor popular y la potestad balsámica que ostentaban aquellos filósofos de cabecera que podían curar sólo con palabras los espíritus envenenados: ¿qué es el mal inglés?, ¿cómo determina nuestras vidas la catodofilia?, ¿qué secuelas provoca la agorafobia?, ¿qué popiedades benefactoras tiene la envidia?, ¿se puede contagiar el aburrimiento?, ¿dónde está el germen de la epidemia de miedo que asola nuestras vidas?, ¿cómo podemos convivir con la idea de la muerte sin hacernos daño??