El libro aborda la cuestión de la racionalidad del Derecho desde una doble perspectiva: la racionalidad del sistema, esto es, el proceso de creación del Derecho, y la racionalidad de la decisión, es decir, el proceso de interpretación y aplicación de normas. En ambos casos, no es posible hablar de racionalidad en términos absolutos a pesar de que desde el siglo XIX se acepta el "dogma" de la racionalidad del Derecho.