La etnografía de la educación es un campo reciente y en acelerado crecimiento, cultivado a la vez por antropólogos y sociólogos que por psicólogos y pedagogos interesados en comprender las particularidades de la cotidianidad del salón de clases. En Conociendo nuestras escuelas se narra cómo una maestra de jardín de infantes se convierte en etnógrafa educativa y modifica en el proceso su concepción de la enseñanza. La autora sistematizó su amplia experiencia docente, tanto en la enseñanza a niños en preescolar como en la impartición de seminarios, cursos y talleres a normalistas y estudiantes universitarios, a fin de elaborar un método didáctico que ayudará a maestros e investigadores educativos en formación a adquirir habilidades para interpretar la cultura escolar desde un punto de vista etnográfico. Así, el futuro investigador aprenderá aquí no sólo la manera de realizar un protocolo, de plantear las preguntas y delimitar el problema, de seleccionar técnicas e instrumentos, de elaborar registros, de confrontar las conjeturas en la teoría, sino también la respuesta a preguntas cómo: ¿cómo y por qué hacer etnografía educativa?, ¿qué clase de situaciones significativas nos ayudan a comprender mejor lo que ocurre en las aulas? y ¿cuáles son las dificultades metodológicas que enfrenta el etnógrafo de la educación? En síntesis, el gran propósito que guía esta obra es hacer más grata y amable la interminable tarea de descifrar lo educativo.