¿Cuál es la auténtica actitud del PNV y de su presidente, Xavier Arzalluz, ante
el terrorismo de ETA? ¿Lo rechazan o, por el contrario, comprenden y justifican
que se produzcan esos crímenes que se han cobrado ya más de ochocientos
muertos, pero que aparentemente pueden ayudar también a conseguir los objetivos
del PNV?
«No conozco ningún pueblo que haya alcanzado su liberación sin que unos arreen
y otros discutan. Unos sacuden el árbol, pero sin romperlo, para que caigan las
nueces, y otros las recogen para repartirlas.» Estas palabras de Arzalluz en
una reunión secreta con representantes de partidos proetarras sirven para dar
título a esta obra de dos periodistas que conocen en profundidad el mundo
vasco: Isabel San Sebastián y Carmen Gurruchaga que tuvo que abandonar su hogar
en Euskadi tras varios atentados-.
Ellas han aceptado el reto que supone tirar del hilo de las relaciones oscuras
que unen el nacionalismo democrático con aquellos que usan el disparo en la
nuca, la goma2 y el cóctel molotov como argumentos. Y han encontrado decenas de
documentos y de hechos inéditos sobre varias cuestiones claves: ¿La Ertzaintza
lucha realmente contra los violentos? ¿Engañaron los etarras al PNV con la
tregua o todos sabían desde un principio que era una mera artimaña para
confundir a los demócratas?
Son muchas preguntas que el lector sabrá responder tras leer este libro, -una
de las investigaciones periodísticas más apasionantes y valientes de los
últimos años-, además de la cuestión fundamental: ¿Son Arzalluz y el PNV -o
parte de él- cómplices silenciosos de los asesinos de ETA?