La obra intenta responder a la pregunta de por qué Heidegger acude en un momento determinado al arte para ir más allá de la filosofía, de la metafísica. El arte es para Heidegger un origen o esencia actuante, y por eso afirma que el arte es historia. Y es ahí donde se inserta su dimensión política. El estudio de la conexión entre arte y política en Heidegger se justifica porque hay pocos dedicados a esta conexión aunque haya muchos dedicados a cada uno de los elementos.